Una célula monocristalina esta compuesta por un solo cristal de silicio,
mientras que las células policristalinas se forman a base de la unión de
varios cristales. Originalmente eran mas laboriosas y por tanto mas caras de producir las
monocristalinas, pero el tiempo y la demanda ha hecho que en la práctica
los costes de producción de ambas
tecnologías sean prácticamente idénticos.
Respecto al rendimiento las células monocristalinas es verdad que tienen un mayor rendimiento teórico (en
el laboratorio) y esto sumado a que los primeros fabricantes españoles
sólo comercializaban este tipo de célula contribuyó a crear en España la
falsa creencia de que las monocristalinas son bastante mejores. Sin
embargo, la práctica llega a demostrarnos que
esa ventaja teórica no sólo no existe, sino que las policristalinas
suelen estar a la par e incluso mejorar en prestaciones a las
monocristalinas.
El rendimiento de una célula suele medirse en condiciones ideales de
radiación solar y de temperatura, normalmente se le estiman 25ºC. En
base a estos datos los fabricantes nos dan información de
rendimiento sobre sus paneles, sin embargo las células trabajan a bastante más temperatura en la realidad.
La célula monocristalina
tiene peor coeficiente térmico, es decir, ante un aumento o disminucion de
temperatura en la que se testean en laboratorio, las monocristalinas caen más en producción que las
policristalinas. Por otra parte está el color de la célula, que en las
policristalinas es más claro que el de las monocristalinas que son muy
oscuras. Esto provoca una mayor absorción de calor y el consiguiente
aumento de temperatura.
En muchos casos prácticos se ha
demostrado la paridad de producción entre paneles mono y
policristalinos, e incluso una leve superioridad del policristalino,
aunque podríamos decir que actualmente las diferencias son prácticamente despreciables en ambas tecnologías.
MONOCRISTALINOS POLICRISTALINOS